lunes, 12 de marzo de 2018

WINCHESTER


Aunque soy poco dado a estas peliculillas de terror de casas encantadas y supuestas adaptaciones de historias reales, sentía cierta curiosidad por esta Winchester, firmada por los hermanos Spierig, pareja germana autora de títulos interesantes como Daybreakers, Predestination o la más flojilla Saw VIII.
Los motivos por los que me sentía atraído por esta película eran básicamente dos. Por un lado, la pareja protagonista, en especial Helen Mirren, actriz capaz de protagonizar intensos dramas como La reina, La dama de oro o Espías desde el cielo hasta títulos tan comerciales como las dos entregas de RED o Fast & Furious 8, aunque también me llamaba la atención que se dejara caer por aquí Jason Clarke, que, aunque no sea santo de mi devoción, hay que reconocerle que es una figura dentro de la industria. El segundo motivo era la historia real, ciertamente apasionante: Sarah Winchester, viuda del heredero del imperio Winchester, el mayor fabricante de rifles de su época, que (dicen) atormentada por las muertes que habían causado las armas que la habían enriquecido estaba convencida de que los espíritus de esas almas la acosaban, por lo que dedicó el resto de sus días a mandar restaurar una laberíntica mansión siguiendo las supuestas instrucciones de esos espíritus. Un edificio de San José (California) con cientos de habitaciones, pasillos absurdos, escaleras sin sentido y todo tipo de excentricidades arquitectónicas sigue siendo, a día de hoy, testigo de esa leyenda.
La historia sobre la que se sustenta la película es, desde luego, muy apasionante, y habría sido un buen material de partida para un drama con tintes sobrenaturales, muy apropiado para un experto en casas encantadas como James Wan, por ejemplo. Sin embargo, en manos de los hermanos Spierig, la película termina derivando en un cliché de sustos fáciles y apariciones repentinas grotescamente maquilladas que invitan a saltar de la butaca en no pocas ocasiones pero poco más. Si es cierto que la historia inventada del doctor Eric Price, al que el resto de asociados de Winchester contratan para que declare mentalmente inestable a la viuda, tiene algo de empaque, pero hay una verdadera carencia a la hora de analizar el trasfondo de los protagonistas y el drama de la historia queda desdibujada por las muchas incoherencias de su guion, en algunos momentos completamente absurdo.
Es esta historia muy inferior a la real, obviando curiosidades como la galería de tiro que había en la casa (contradiciendo la teoría sobre los remordimientos de la viuda), las sesiones de espiritismo que se ofrecían en un torreón o la inquietante visita que recibió la casa años más tarde por parte del popular mago Houdini, en un estéril intento de desacreditar la leyenda, pero al menos se agradece que no todo sea una completa estupidez como en la mayoría de películas de este estilo.
Sí, es cierto que la participación de Miren está completamente desaprovechada, y que la explicación real de los destrozos que los espíritus provocan en la casa en la versión fílmica apenas son explicados (y casi a regañadientes), pero después de que el tráiler me advirtiese ya de que esta no es la película que yo habría querido ver, al menos me ha logrado interesar lo justo para aceptarla con agrado, y en las que algunos han querido ver una moralina sobre el uso (y abuso) de las armas de fuego en Estados Unidos..

Valoración: Seis sobre diez.

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