Ironías de la vida, cuando más complicado es que se estrene una película interesante a causa de los estragos del Covid, Los Nuevos Mutantes ha resultado beneficiarse de ello, pues tras una infinidad de postergaciones y re-rodajes, parecía hace apenas unos meses que nunca iba a llegar a ver la luz, ni siquiera mediante Disney +.

Con semejantes antecedentes, resultaba curioso saber que iba a resultar del film, adiado por muchos antes siquiera de su estreno, que se basa en el arco argumental de Chris Claremont y Bob McLeod (el cual no parece muy satisfecho con el resultado). No en vano nos encontramos con un film de personajes desconocidos por un lado, pero con un reparto muy atractivo para el target más juvenil por otro, con la inmensa Anya Taylor-Joy robando escenas a doquier y con caras conocidas de Stranger Things y Juego de Tronos.
Al final, el resultado no solo es aceptable, sino muy recomendable. No voy a negarle cierta pereza en su primer tercio de película, cuando es necesaria una presentación calmada de los personajes pero que, para ser una película de superhéroes (más o menos) se hace algo cansina. Luego todo va como un tiro, y solo en el acto final, donde se debe rendir algo de tributo al género con un desenlace de traca se hecha en falta algo más de terror a la propuesta (que por lo visto en escenas sueltas debió quedarse en la sala de montaje). Con ello, la película al menos puede presumir de ofrecer algo totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, lo que no es poco, y para mi gusto merece estar entre las tres mejores películas de mutantes junto a X-Men: primera generación y Logan (a Deadpool lo dejo aparte por razones obvias).
Josh Boone, el director y coguionista, es un director surgido del cine juvenil, con Bajo la misma estrella como su mayor éxito, pero que parece sentirse cómodo con el terror, pues ejerce de showrunner en la inminente nueva adaptación en formato serie de Apocalipsis, de Stephen King. Suya fue la idea de retratar la historia de este grupo de jóvenes en clave de terror, presentándolos de manera independiente en un extraño hospital donde se pueden reconocer referencias y tributos al cine de género, sabiendo crear un tono muy malrollero y donde la buena labor de los actores hacer que todo parezca más coherente de lo que es, en especial una Anya Taylor-Joy que, aunque sobre el papel no sea la protagonista principal, cuyo honor recae en Blu Hunt, quizá la más desconocida del reparto, consigue sobresalir por encima del resto, dragón Lockheed incluido. De hecho, se podría encontrar en el argumento nexos en común con Glass, precisamente la última película protagonizada por la actriz de Florida.

Una lástima, pero al menos hemos tenido la posibilidad de disfrutar de esta primera película, con un final más o menos cerrado, y podemos soñar con la posibilidad de ver, de vez en cuando, películas más atrevidas y arriesgadas de lo habitual.
Valoración: Ocho sobre diez.