sábado, 22 de mayo de 2021

Visto en Netflix: POLIZÓN

Aunque en este caso tan sólo haga de distribuidora, Polizón se engloba en ese género que tango gusta a Netflix de ambientes claustrofóbicos y dilemas morales que, pese a que sobre el papel podrían ser grandes producciones, su concepto íntimo las hacen relativamente económicas.

Con un diseño de producción elegante y un reparto bastante llamativo, Polizón narra la epopeya de una expedición tripulada a Marte en la que, apenas despegar, comenzarán a surgir los problemas técnicos, agravados cuando descubran que llevan a un polizón accidental a bordo. Con una nave diseñada para tres personas (y a duras penas), la presencia de un cuarto miembro trastoca todos los planes, desde la falta de oxígeno hasta el exceso de peso, y dado que se ha alcanzado ya el temido punto de no retorno, las opciones son escasas. En realidad, tal y como informan desde la tierra, tan solo hay una.

A partir de aquí la película se centra en el dilema moral generado, haciendo partícipe al espectador del mismo. Es decir, estamos ante la clásica película de « ¿y tú qué harías?». El problema es que, tras un inicio intrigante en el que se puede llegar a desconfiar de las intenciones de cualquiera de los protagonistas, la película decae hasta volverse muy plana y reiterativa. Hay cierta tensión en algún paraje exterior con reminiscencias a Gravity, pero poco más, y eso se resiente e el resultado final. Eso es debido, ignoro si por motivos presupuestarios o por decisión propia de Joe Penna, director y coguionista, a que siempre se antepone el aspecto dramático al de la intriga, y eso penaliza demasiado al ritmo narrativo. Quizá si estuviésemos ante un episodio de alguna serie televisiva de menos de una hora de duración la cosa habría sido diferente, pero un film de prácticamente dos horas necesita algo más de «chicha» para conseguir lidiar correctamente con el aburrimiento.

Afortunadamente, los intérpretes (apenas hay cuatro actores en toda la película: Anna Kendrick, Daniel Dae Kim, Shamier Anderson y Toni Collette) saben lidiar con el peso que el guion les concede y llevan la nave a buen puerto (es un decir), pero una ciencia ficción más ilustrativa y un desenlace más resolutivo sin duda le habrían ayudado mucho.

En resumen, propuesta interesante y que abre las puertas al debate y la reflexión moral interna, pero demasiado comedida y limitada para llegar a ser una gran película.

 

Valoración: Seis sobre diez.

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