Permitidme empezar
diciendo que esta va a ser una crítica breve. Y no porque haya poco para
comentar sobre este despropósito de película (que si me caliento quizá no pueda
parar) sino porque mi primer sentimiento hacia la misma es la pena. Pena por
una saga que agoniza, pena por un gran actor que empieza a tener dificultades
para sostener una película por si solo y pena por un director y unos guionistas
que nunca deberían haberse dedicado a este oficio.
Veréis, yo soy un gran fan
de Jungla de Cristal en general y de
Bruce Willis en particular y opino que la primera y tercera partes, realizadas por el gran John McTiernan son
grandes películas, la secuela de Renny
Harlinl no estaba mal e incluso disfruté como un enano con La Jungla 4.0 de Len Wiseman. Pero esta bazofia que nos presentar
ahora no hace más que lapidar la herencia recibida y mancillar el espíritu de
John McClane.
Vayamos por partes, que
nos va a ocupar poco tiempo. El argumento: John va a Moscú (como quien va a la
tienda de la esquina) a por el macarra de su hijo (que resulta ser un agente de
la CIA tratando de desmontar una trama terrorista) y como no tiene nada mejor
que hacer se apunta a ayudarle y juntos salvan el mundo. Los actores: Jai
Courtney como el joven McClane tiene el mismo carisma que una suela de zapato
vieja, mientras que papá Bruce permanece toda la película fuera de lugar, como
si se estuviera preguntando porqué se había metido en ese fregado y soltando
chascarrillos forzados sin ninguna gracia. El director: John Moore, no tiene ni
idea de lo que hace. Escenas que en el guion debían parecer trepidantes son
trasladadas a la pantalla planas y sin emoción.
Hay múltiples destrozos y explosiones pero ni una sola secuencia
vibrante. ¿Es que los productores no habían visto Max Payne, ¿por Dios? Los
malos: ni están ni se les espera. Ante
la falta de mejores recursos narrativos los guionistas buscan sorprender,
pensando quizá que estaban escribiendo un thriller en lugar de una peli de acción.
Cuando piensas que el malo es uno, lo matan y ¡Oh, sorpresa! si resulta que el
malo de verdad es quien menos te imaginas. Pero entonces muere también y
resulta que hay otro malo malísimo que es aún peor y entonces... Entonces
llegas al final de la peli y estás esperando aún cual es la gran amenaza. Ya se
sabe, todo gran héroe precisa de un gran villano. Y aquí no lo hay.
Un par de detalles: no voy
a pedir a una peli de estas características realismo, como no se lo pediría a
una de Schwarzenegger, Vin Diesel o Jason Statham, pero si algo de coherencia y
verosimilitud. Cosas como que padre e hijo salgan en coche de Moscú detrás de
los malos que van por aire y lleguen a la vez a Chernobyl (que está a mil kilómetros!!!)
o que los malos usen trajes antirradiacion y ellos paseen por la antigua
central nuclear como si estuviesen en un camping de Blanes, o los esfuerzos de
los terroristas por conseguir unos códigos que abran unas cámaras de seguridad
cuando pueden reventarlo todo y ahí nadie se entera... Todo ello aderezado con
bochornosas conversaciones sobre la familia en los momentos mas inoportunos.
En fin, ni acción de la
buena, ni humor ni nada de nada.
Lo dicho, una verdadera
pena.
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