Siempre es motivo de celebración disfrutar en pantalla grande de Bérénice
Bejo, quien nos enamorara con su brillante interpretación en la genial The Artist, y por más que ella no sea la
protagonista absoluta de este film qué duda cabe que su magnetismo natural
termina por eclipsar al resto del reparto.

Dirigida por el iraní afincado en Francia Asghar Farhadi, la película es
fiel a la trayectoria del realizador y desnuda los problemas de una familia tan
atípica como realista con sus respectivos choques culturales y heridas en el
alma, huyendo del más mínimo sentido del humor y retratando con sencillez e
incluso simpatía a unos personajes torturados en busca desesperadamente del
amor. Sin embargo Farhadi abusa demasiado de la reiteración de situaciones, de
diálogos intrascendentes que no ayudan a avanzar a la trama y de momentos que
donde otros han querido ver poesía intimista yo he sentido una monotonía que
han provocado que el resultado final me haya resultado aburrido. Y el final
enigmático que se supone que invita a que cada espectador haga su propia
valoración no ayuda a mejorar mi opinión ante una obra inconclusa y lenta.
Brillante la interpretación de la actriz de origen argentino Bérénice Bejo
en un papel de menos lucimiento que su Peppy Miller de The Artist pero mucho más esforzado y repleto de matices mientras
que el resto del reparto cumple sin más.
Interesante de base, demasiada falta de pasión en su desarrollo para cumplir
las expectativas.
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