Mientras
lloramos la muerte del gran David Bowie, camaleónico artista que dejó
constancia de su amor por el cine en títulos como El ansia, Dentro del
laberinto o El truco final, amén
de haber regado multitud de bandas sonoras con sus canciones, es momento de
repasar brevemente lo que aconteció en la 73ª ceremonia de los Globos de Oro,
centrándonos solo en el cine que es lo que aquí nos interesa.
Como
no pude seguir la gala en directo por motivos de agenda no entraré a valorar la
labor de Ricky Gervais como presentador, aunque parece que cumplió con nota, y
me dedicaré sólo a recordar los premios.
Como
toda gala de premios, en esta ocasión también hubo un gran triunfador por
encima de todos. Fue la película El Renacido que conquistó los premios a mejor
película dramática, mejor director y mejor actor protagonista. Parece que en
Hollywood no les importa que Alejandro González Iñárritu triunfara en los Oscars
del año pasado con Birdman y ya se
postula como favorito para repetir hazaña este año. Por su parte, ¿será por fin
la gran noche de Leonardo DiCaprio? Su premio de ayer así parece augurarlo.
Mucha
polémica había levantado la inclusión de la película Marte en la categoría de comedia o musical. Polémica que, por otra
parte, yo no comparto. La obra de Ridley Scott es casi un cuento de hadas sobre
la supervivencia con más humor que drama. ¿Por qué nadie se rasga las vestiduras
porque Mad Max: fury road esté
considerada una película dramática? ¿Esto va en serio? Cómo sea, el bueno de
Scott se quedó sin premio esta noche dorada, pero sí lo consiguieron la
película y el protagonista principal, Matt Damon.
En
el tema femenino Brie Larson se benefició de la competencia entre Cate
Blanchett y Rooney mara en una misma película y se llevó el premio por La Habitación, mientras que en la
categoría de comedia se volvió a demostrar el peculiar rasero de Hollywood
cuando Jennifer Lawrence se llevó otro premio por Joy (¿comedia Joy? Pues
vale…). ¿Alguien me puede explicar los matices que diferencian su
interpretación en esta película con respecto a su personaje en Los juegos del hambre? ¡Ah, claro! Es
que el cine de aventuras más palomitero no es premiable, ¿verdad?
En
el tema de secundarios sorprendió el triunfo de Kate Winslet por Steve Jobs (película que también logró
el de mejor guion para Aaron Sorkin), dejando a Alicia Vikander, doblemente
nominada, sin recompensa, mientras que el premio masculino cayó en manos de
Sylvester Stallone, olvidándose así del magnífico trabajo de Mark Rylance en El puente de los espías (¿están
ninguneando de nuevo a Spielberg?). Definitivamente, este es el año de los
renacimientos.
Aunque
no pareció gustarle a nadie, estaba cantado (nunca mejor dicho) que la mejor
canción fuese Writing’s On The Wall
de Spectre y tampoco creo que nadie
se sorprendiese de que El hijo de Saúl
ganase el premio a la mejor película de habla no inglesa y Del revés el de mejor película de animación.
Para
finalizar, Tarantino tuvo que conformarse con el premio de la mejor banda
sonora (compuesta por Ennio Morricone) y Denzel Washington se llevó el premio
honorífico Cecil B. DeMille.
¿Qué
os han parecido los resultados? ¿Se intuye una pugna entre El renacido y Marte de
cara a los Oscars próximos o se lo damos ya todo al señor Iñárritu? En un par
de meses, la respuesta...
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