viernes, 17 de mayo de 2019

POKÉMON. DETECTIVE PIKACHU

Resulta difícil entra a valorar una película de este tipo que va dirigida a un público muy concreto, aunque puede que precisamente ahí radica uno de sus principales méritos: no hay que ser un gran conocedor de la cultura Pokémon para poder entender la película. Yo mismo no he jugado nunca ni he visto un solo capítulo de los dibujos animados y no tuve problemas en seguir una trama bien explicada e, incluso, intuir cuando estaban haciendo algún guiño a los fans.
Sin embargo, esa intencionalidad de querer llegar a todo tipo de público hace que la película navegue siempre entre dos aguas, incapaz de definirse por un estilo concreto. Por un lado, quiere tener ese toque gamberro y descarado que podrían recordar a Ted o incluso (con la aportación de Ryan Reynols en el doblaje) a Deadpool, pero en una versión muy infantilizada, con lo que no se llega a sacar el partido suficiente a la socarronería que podría aspirar.
También a nivel narrativo avanza a medias tintas. En su arranque, repite la fórmula de otras películas de éxito que exploran la relación entre un  humano y… bueno, ora cosa, como ¿Quién engañó a Roger Rabbit? o ¿Quién está matando a los moñecos?, proponiendo una trama propia del cine negro, con todos sus tópicos (el detective, el amnésico, la femme fatalle…), jugada que ya funcionaba muy bien también en Zootrópolis, pero mientras que en las mencionadas producciones Disney (dejemos la horrible de los Moñecos aparte) se incluía un subtexto bastante adulto, poco de ello se puede ver en esta Pokémon: Detective Pikachu. Además, una vez asentadas las bases, la cosa se transforma para da al espectador un espectáculo propio de los tiempos que corren, y toda la intriga pasa a un segundo plano para pasar a la acción pura y dura, con sus explosiones y amenazas habituales, lo que deriva en un cierto aburrimiento en su previsibilidad.
Con todo, hay que reconocerle los méritos de unos efectos visuales muy logrados, haciendo bastante efectiva la aportación de este Pikachu que, viendo como termina la película, no sé si tendrá un largo recorrido, y consiguiendo ser tierna y divertida en muchos momentos.
Una recreación, en fin, bastante acertada para los más pequeños, pero a la que los espectadores más alejados de los bichos que digievolucionan deberíamos exigir un toque más gamberro.


Valoración: Seis sobre diez.

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