domingo, 9 de abril de 2017

ÓRBITA 9: ciencia ficción elegante con guion de baratillo

Que una película de supuesta intriga y con varios giros de guion en su argumento desvele el primero de ellos en la propia sinopsis publicada en los medios de comunicación dice muy poco acerca de la confianza que su productora tiene en ella.
Trataré de no caer en ese error: Helena es una chica nacida en una nave espacial con destino a un planeta por colonizar. Cuando un problema con el oxígeno obliga a sus padres a abandonar la nave para que pueda sobrevivir, Clara tiene que crecer sin más compañía que la voz metálica de su ordenador de a bordo. Pero su vida cambiará cuando un operario intercepte la nave para solventar la avería.
Bajo esta premisa llega esta apuesta española por el cine de ciencia ficción más intimista y pausado. Disfrazado de thriller distópico, Órbita 9 es en el fondo una historia de amor imposible, unos Romeo y Julieta del futuro que deberán superar muchos desafíos para lograr que su amor prospere. Con ello, el director Hatem Khraiche renuncia casi por completo al siempre interesante debate sobre si es aceptable el sufrimiento de uno por el bien de muchos, en una sociedad al borde del colapso y en la que esa nueva colonia puede ser la última esperanza.
Más preocupado por la sensiblería romántica que por el verdadero trasfondo, Khraiche prefiere dibujar directamente al responsable de tomar semejante decisión como al villano de la película, liquidando cualquier debate de un plumazo y dejándonos con una película que aspira a mucho y queda en nada.
Con una Clara Lago que solventa con buen hacer su personaje, el film cojea más por la parte de Álex González, al que la banda sonora no ayuda mucho tapándole la mayoría de frases (ahora se entiende que en X-Men: Primera Generación no llegue a decir una sola frase). Con todo, ninguno de ellos (ni la efímera Belén Rueda, tramposo reclamo publicitario del poster) pueden hacer nada con una historia que de tan intimista que pretende ser llega a aburrir, pero que cuando intenta apretar un poco el acelerador es cuando más destacan los absurdos de un guion totalmente inverosímil y esperpéntico.
Órbita 9 tiene una factura impecable, y siempre es de agradecer que una película española asuma riesgos con la ciencia ficción, pero cuando la cosa no funciona, no funciona.

Valoración: Cuatro sobre diez.

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