martes, 25 de abril de 2017

AMAR, fallida radiografía de amor adolescente

Amar es la ópera prima del cortometrajista Esteban Crespo, una historia donde también debutan los dos actores protagonistas sobre el primer amor, ese amor adolescente que tanto duele y que tan arraigado queda en nuestros corazones.
Crespo pretende dotar a la película de una naturalidad tal que toma decisiones de cámara arriesgadas que no siempre le funcionan. Son sus dos protagonistas, con ese descaro que solo la juventud ofrece, quienes más consiguen impregnar de naturalidad al film, aunque en ocasiones (sobre todo en los diálogos del final) el tono de voz patina un poco, quizá debido a un exceso de complacencia del director.
Hay también por ahí un grupo de veteranos secundarios de cierto prestigio, pero no tienen suficientes minutos para lucir ni sus subtramas aportan demasiado a la historia, de manera que son infrautilizados, más allá del posible reclamo publicitario.
Más allá de esto, el gran lastre de Amar es su propia premisa. Y no porque sea un guion malo, ya que lo que explica es exactamente lo que el director quiere explicar, sino porque no interesa a nadie.
La definición de la delgada línea que separa el amor del dolor está muy bien definida, y es fácil identificarse en algún momento con los personajes. ¿quién no ha sufrido, gozado, amado u odiado en algún momento de su juventud como lo hacen los dos protagonistas? Sin embargo, el que las historias mostradas en pantalla se asemejen a nuestras propias experiencias no es sinónimo de que interesen a nadie. También si nos muestran a alguien comiéndose una manzana o yendo a la compra nos veríamos reflejados, y eso no significa que tenga que hacerse una película sobre ello.
Así, Amar termina siendo rutinaria y aburrida, como si el espectador se encontrase de bajón en medio de una discoteca y en lugar de bailar se dedica a observar a las parejas que hay a su alrededor. Es Amar un ejercicio de voyerismo apático y sin gracia, donde los pocos momentos en los que Crespo pretende romper la rutina (los momentos ascensor, las máscaras de gas) rozan el ridículo.
Desde aquí siempre he pretendido animar y apoyar a los nuevos talentos, y espero que Crespo tenga nuevas oportunidades en un futuro para demostrar de lo que es capaz, ya que en Amar demuestra, por lo menos, que tiene una personalidad propia y claridad de ideas, pero eso no quita para que la película me pareciera totalmente insustancial y descafeinada.

Valoración: Cuatro sobre diez.

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