sábado, 1 de junio de 2019

LA PERFECCIÓN

Aunque no sea una producción Netflix, el hecho de que se haya estrenado en España a través de dicha plataforma ha propiciado que todo el mundo esté hablando de La Perfección y elevándola como una de las mejores películas de la compañía.
Lo primero que conviene saber de La Perfección es que conviene no saber nada. No estamos ante una gran película, ni siquiera ante una gran dirección o un reparto maravilloso (aunque cumplidor, eso sí), pero sí se trata de una de las historias más imprevisibles y con giros más sorprendentes de los últimos tiempos. Y ese es su secreto.
A medio camino entre el terror malrollero (aquí me viene en mente Suspiria) y la rivalidad entre artistas (algo de Cisne Negro también tiene), La Perfección trata sobre la relación entre dos violonchelistas, una que forma ya parte del pasado y la otra con un brillante futuro por delante, unidas por haberse formado en la misma academia. Y, como decían en aquel concurso, hasta aquí puedo leer.
Lo que sucede a continuación es imprevisible, en ocasiones hasta el punto de rallar lo absurdo. Hay toques de comedia negro, de terror y de drama, pero sobre todo hay una capacidad de jugar con el elemento sorpresa que permite que se le perdonen todos sus defectos, que tampoco son pocos.
Ridícula es, eso sí, la polémica que ha suscitado entre el aficionado por algunas escenas de supuesto mal gusto, lo que demuestra la diferencia entre el público de Netflix y el espectador de cine medio. Sí, hay momentos desagradables, pero nada que no se vea en cualquier película de terror al uso. Eso sí, filmado con una eficacia innegable por Richard Shepard, autor que después de destacar con la también extravagante Matador se ha recluido en el mundo de la televisión, y con una Allison Williams que demuestra que si ya era de lo mejorcito de Déjame salir no fue por casualidad.
La Perfección es, pues, un gran entretenimiento, capaz de sacudir algún que otro estómago y dejar gotitas de reflexión, que puede rozar la estupidez en algún momento pero que, concluido su visionado, deja con muy buen sabor de boca.

Valoración: Siete sobre diez.

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