Rodada
en Suecia y estrenada casi a la vez que Trance,
de Danny Boyle (otro film de intriga sobre hipnosis), El Hipnotista supone el regreso de Lasse Hallström tanto a su país
como a su idioma original, después de unos años consagrados, aunque irregulares
en Hollywood, con títulos tan notables como Chocolat
o Las normas de la casa de la sidra o
mediocridades como Querido John o la
reciente Un lugar donde refugiarse.
Aunque el director esté totalmente consagrado en Estados Unidos, la película
supone una nueva demostración de que la falta de ideas originales no es
exclusividad de los USA, ya que desde el éxito de la saga Millenium parece que el cine nórdico esté obligado a limitarse a
escabrosos thrillers policíacos (y si están basados en alguna novela negra,
mejor).
Este
es el caso de El Hipnotista, basada
en una novela de Alexander Ahndoril y protagonizada por Tobías Zilliacus,
Mikael Persbrandt y Helena af Sandeberg, actores de amplio currículo pero
totalmente desconocidos fuera de sus fronteras, además de Lena Olin, la
presencia más internacional a la que podemos recordar por La insoportable levedad del ser, Chocolat o por su papel como Irina Derevko en la serie Alias, aparte de ser la esposa en la
vida real del director.
La
película arranca con el brutal asesinato a cuchilladas de una familia de la que
solo sobrevive el hijo adolescente, que se encuentra en el hospital en coma. El
comisario Joona Linna (Zilliacus) es el único que piensa que se trata de un
homicidio premeditado (las sospechas iniciales recaen en un ajuste de cuentas;
el padre tenía muchas deudas de juego) y, aconsejado por la doctora Daniella
(Sandeberg) acude a Erik Maria Bark (Persbrandt), que por medio de la hipnosis
tratará de interrogar al muchacho sobre esa fatídica noche.
A
partir de aquí comienzan dos historias paralelas en las que Hallström muestra
su lado más intimista, que termina por se lo mejor de la película. Por un lado
tenemos a Joona, solitario, sin más vida que su trabajo y con Magdalena como
única amiga, su ayudante que, a diferencia de él, sí ha sabido compaginar
trabajo y familia. Por otro nos encontramos a Erik, un doctor de oscuro pasado,
adicto a los somníferos cuyo matrimonio con Simone (Olin) pasa por un mal
momento después de que él le fuese infiel hace dos años con Daniella. La
película es hasta ahora lenta pero inquietante, con una atmósfera muy bien
creada que tiene al espectador el vilo y con unos actores que dan lo mejor de sí
mismo. Y esto es lo que motiva que finalmente no decidiera suspender la
película, porque una vez se acelera la acción parece que Hallström se haya
traído lo peor de Hollywood, con un guion trillado, giros ridículos y momentos
verdaderamente bochornosos.
La
investigación policial se me antoja torpe y confusa, así como las motivaciones
de Joona, al que quizá no conozcamos suficiente, para obsesionarse tanto con el
caso y tomárselo como algo personal, así como de creer desde el primer momento
tan ciegamente en la opción de la hipnosis, sin que en ningún momento se nos muestre ningún avance en la
investigación. Soy consciente de que la vida real no es tan sencilla como en
las series americanas y que esto no es Mentes
Criminales o Bones, pero estoy
seguro que cualquier espectador, durante la proyección del film, estaba
pensando en cómo haría sus propias pesquisas que, vista la resurrección final,
habría sido lo más sencillo. Por ejemplo, y ahora debo entrar una vez más en el
terreno de los SPOILERS,
¿Cómo puede ser que en cierto momento el villano secuestre al hijo de Erik y
Simone ayudándose de drogas inyectadas y no piensen en buscar a alguien con
conocimientos de medicina? ¿O qué tarden tanto en descubrir que hay un quinto
miembro de la familia que esté en una casa de acogida? ¿O que resulte que el
chico en coma era adoptado? Y no solo la policía parece inútil, sino que todas
las situaciones del guion, una vez desvelados sus secretos, son completamente
ridículas (y el personaje que al final resulta ser el malo, no diré más, es el
colmo de lo absurdo y descabellado, así como sus acciones y su influencia sobre
el chico en coma), llegando a pensar que Hallström toma a los espectadores por
imbéciles.
De
esta manera, la trama se va desinflando hasta derivar en un film mediocre e
insulso con un desenlace que copia lo peor del cine americano. Toda una
decepción en la que al menos Hallström sabe aprovechar algunos hermosos
paisajes y panorámicas de su país.
En un inicio El Hipnotista comienza muy bien, pero después deja tantos cabos sueltos que no terminas por comprender del todo cada personaje. Ahora está la serie El Hipnotizador es una producción actual , de origen brasileño , que sí tiene como tema principal la hipnosis. Por el reparto la recomiendo.
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