Después
de que hace poco más de un mes nos llegaré el debut como director de Daniel
Gzmán es ahora otra actriz de origen televisivo quien se atreve a dar el salto
a la realización, haciéndose cargo, como hiciera Guzmán en A cambio de nada, también del guión. Es Requisitos para ser una persona normal, por lo tanto, casi una peli
de autor aunque, eso sí, relativamente convencional.
Con
un estilo muy desenfadado y aprovechándose de la química que hay entre la
todoterreno Leticia Dolera y el con el actor Manuel Burque, que ya coincidieron
en la serie Bloguera en construcción,
Requisitos para ser una persona normal
parte de los intentos desesperados de María de las Montañas no en ser una
persona normal (como ella misma cree), sino en ser feliz. Arrastrada por una
serie de inevitables convencionalismos, como la familia, el trabajo, la casa
propia, los amigos y, sobre todo, la pareja, María coincidirá con Borja, un
dependiente de Ikea (y personen la publicidad, pero es que el almacén de
muebles es casi un protagonista más de la historia) con quien se aliará para conseguir los objetivos
de ambos: ella “ser normal”, él adelgazar.
Simpática
y efectiva comedia romántica con un tono edulcorado y un enfoque claramente
femenino (algo en ella me recuerda a las novelas de Federico Moccia ) con un
toque de libro de autoayuda y una nada sutil lección de vida, en la que podemos
encontrar también a Miki Esparbé como el tercer vértice de un inevitable
triángulo amoroso.
Con
empalagosas cancioncillas vitalistas y sobreimpresiones narrativas en color
pastel, algo hay en ella de anuncio de compresas (¿a qué huelen las nubes?) sin
que ello tenga que entenderse necesariamente como algo negativo.
Requisitos para ser una persona normal no es más que, al fin y al cabo, una serie de falsas
directrices para tomar las decisiones correctas en la vida, dejándose llevar
por el corazón más que por la simple lógica, por lo que ese aspecto de pastel
de algodón de azúcar que Solera le ha sabido imponer le queda que ni pintado.
Ni
excesivamente arriesgada como para ser verdadero cine de autor pero
suficientemente original como para ser una ópera prima, Requisitos para ser una persona normal es realmente muy agradable
de ver, divertida en su mayoría y con momentos de melancólica tristeza muy bien
orquestados por su autora y centrados, especialmente, en la figura de Silvia
Munt.
No
es una obra rompedora ni exenta de tópicos, pero tampoco creo que lo pretenda.
Leticia Dolera busca, simplemente, la felicidad. Y se nota que esta película le
ha hecho feliz.
Y
haberlo sabido transmitir no es cosa fácil.
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