domingo, 21 de junio de 2015

VIAJE A SILS MARIA (7d10)

En palabras inmortales de Fray Luis de León (recuperadas posteriormente por Unamuno): Decíamos ayer…
Decíamos ayer que Hollywood se estaba mirando el ombligo últimamente, y Birdman y La sombra del actor eran las dos caras de una misma moneda en la que un actor ya consagrado se refugiaba del circo californiano en el más elitista mundo del teatro.
Viaje a Sils Maria es, sin duda la tercera pata de un mismo taburete, ya que cuenta la historia de Maria E
nders (brillantemente interpretada por Juliette Binoche), una veterana actriz de éxito (acaba de participar en la franquicia de X-men, nuevo comentario friki que sirve por ende para demostrar el nuevo concepto que en Hollywood se tiene del cine de entretenimiento) que viaja a un pequeño pueblo de los Alpes Suizos junto a su asistente Valentine (una sorprendente Kristen Stewart que consiguió ganar un Cesar gracias a este personaje y que parece haberse sacudido el sambenito de haber sido la Bella de Crepúsculo definitivamente). El motivo del viaje es la  recogida de un premio honorífico al autor teatral Wilhelm Melchior, pero durante el trayecto reciben la noticia del fallecimiento del escritor, mentor y amigo personal de Enders. Esto iniciará un viaje introspectivo de la actriz que se potenciará con la oferta para volver a los escenarios a interpretar la obra de Melchior que la consagró: La serpiente de Maloja, en la que una joven hermosa llamada Sigrid seduce a la madura Helena hasta condenarla al suicidio. Naturalmente, Maria Enders se hizo famosa interpretando a Sigrid, pero la oferta de ahora es para el papel de Helena (un relevo generacional que recuerda al apuntado por Cronenberg en el personaje de Julianne Moore en la también coincidente Mapa de las Estrellas).
Aunque Viaje a Sils Maria no contiene el delirio alucinógeno de su protagonista como las obras de Levinson y Iñárritu, si mantiene el doble juego entre realidad y ficción gracias a los ensayos de la obra que Enders realiza con Valentine, regados de intensas discusiones sobre las diferentes maneras de entender a los personajes que, evidentemente, imita a la propia realidad, y con un desenlace que, como en las otras dos películas mencionadas, invitan al debate y la reflexión.
Amparada por unos espectaculares paisajes (el título de la obra: la serpiente de Maloja hace referencia al movimiento sinuoso de la nubes entre las montañas que rodean el valle), Viaje a Sils Maria es un intenso duelo interpretativo entre estas dos actrices (entre las que se cuela, de manera también brillante, Chloë Grace Mooretz) y una reflexión sobre el paso del tiempo, la soledad y el arte. Sí puede sonar a más de lo mismo. Y quizá lo sea. Pero la puesta en escena de Olivier Assayas, aunque un poco excesivo en cuanto a la duración del metraje, es intensa y apasionante, y el retrato de la industria del  show busines es reflejado con contundencia, aunque el cine comercial sale algo mejor parado que en Birdman gracias a la defensa a ultranza que hace Valentine contra el escepticismo y las burlas de Enders (la propia Binoche asegura que aceptó participar en Godzilla para conocer por dentro el rodaje de un blockbuster y poder prepararse mejor para este papel).
De nuevo el glamour postizo y artificioso de Hollywood puesto al descubierto, aunque en esta ocasión desde un prisma europeo.

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