sábado, 25 de diciembre de 2021

Cine: MAMÁ O PAPÁ

El cine español se sigue nutriendo (o abusando) del uso del remake para sus comedias más populares, pero cuando se cuenta con un director tan refinado (ojo, estoy hablando sin conocer la película original) como Dani de la Orden, poco puede salir mal.

Cierto es que no todas las películas de De la Orden me han parecido maravillosas, y suele caérseme cuando apuesta más por la comedia pura y dura (caso de El pregón o El mejor verano de mi vida) que por las emociones, pero en Mamá o papá creo que está sobresaliente, consiguiendo un desarrollo muy divertido y aportando por algo bastante escaso en su filmografía, el humor negro.

Ciertamente, Mamá o papá, lo que se suponía una comedia familiar con claro mensaje moralista, es una sucesión de gags con mucha mala baba, algunos casi crueles, que si bien pueden compartir universo con las familias de niños resabiados a la par que extravagantes que tan bien se le dan a Santiago Segura en films como Padre no hay más que uno o su secuela, sabe ir más allá para no caer en la fórmula de la repetición (no puedo quitarme de la cabeza la horrible Cuidado con lo que deseas).

No ha sido sencillo el periplo de esta película para conseguir ser estrenada, siendo una de las más afectadas por la pandemia y viendo cómo los meses iban pasando sin encontrar un hueco en las carteleras (de hecho, ha tenido tiempo el bueno de Dani de la Orden de hacer una película por en medio, la interesante Loco por ella de Netflix), consiguiendo al fin su estreno en época navideña, como su argumento necesita, pero con la mala suerte de coincidir en salas con ese monstruo que es Spiderman: No way home que está arrasando con todo.

La premisa (triste por lo que tiene de real) se centra en unos padres que, tras un inevitable divorcio aparentemente amistoso, comprueban como ocuparse de sus hijos no encaja con sus nuevas vidas y aspiraciones profesionales, con lo que la lucha por la custodia por la que tantos padres divorciados sufren se torna en la lucha por la no custodia. Unos desternillantes Paco León y Miren Ibarguren componen a este matrimonio condenado a quererse pese a haber perdido la pasión que los mantenía unidos y cuya guerra por conseguir el desprecio de sus hijos se les irá de la mano de una manera tan desquiciante como, por momentos, histriónica.

Al final, tenemos una colección de cafradas, un descenso a los infiernos de una apareja tan irresponsable y egoísta que resulta imposible no comprenderlos y amarlos, logrando el director de Litus o sus dos Barcelonas (la de invierno y la de verano), una comedia agridulce, tan divertida como desoladora, emotiva y malvada, que no pierde en ningún momento de vista su coherencia argumental ni se deja desbordar (cosa casi hasta tentadora) por el exceso desmedido.

Una propuesta muy agradable para disfrutar en familia (o no) durante las fiestas navideñas.

 

Valoración: Siete sobre diez.

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