miércoles, 1 de enero de 2014

LO MEJOR Y LO PEOR DEL 2013.

Bueno, pues aquí estamos de nuevo, con el 2014 recién estrenado y esperando la primera ocasión para acudir a las salas de cine en masa a ver que delicias nos ofrecen las carteleras del nuevo año.
Mientras, ¿qué mejor momento para descansar un poco en el camino y echar la vista atrás, para reflexionar con lo vivido este 2013 y recordar brevemente lo bueno y lo malo que hemos disfrutado en la pantalla grande?
El 2013 ha sido, además, el primer año de vida de este blog, que tras un inicio titubeante ha ido consiguiendo mantener su publicación de forma regular. 142 han sido los estrenos que se comentaron, algunos rescatados de finales del 2012 (y solo en 13 ocasiones he hecho “trampas” para poder ver las películas), de los cuales 18 han sido con producción española.
Una vez más (y ya nos es algo novedoso en los últimos años), el comic ha demostrado ser el mejor amigo de un guionista y, sin que ningún hobbit pudiese remediarlo, Iron man 3 ha sido la gran triunfadora en taquilla, mientras que la noticia más comentada ha sido sin duda la elección de Ben Affleck para encarnar al nuevo Batman.
Hemos tenido de todo: cine bueno, cine malo y, sobre todo, decepciones. Este es un ligero repaso de lo vivido bajo mi modesta opinión, la cual sabéis que podéis machacar libremente en la zona de comentarios.
En el aspecto positivo, que es el importante, empezamos el año con las grandes triunfadoras de los Oscars: Argo, El lado bueno de las cosas y Django desencadenado estuvieron a la altura de las circunstancias y aunque quizá no lleguen a pasar a los anales de la historia si suponen lo mejorcito de lo que se estrenó en los USA en el 2012 (donde yo incluiría también a Los Vengadores y Lo imposible). En este 2013 nos llegó también la que creo fue la gran olvidada en los premios: El atlas de las nubes, una magnífica y complicada adaptación literaria que merece visionarse dos veces al menos para asimilar su grandeza y con la que los Wachowski merecían congraciarse con el gran público.
Ya entrados en faena del 2013 el primer (y a la postre definitivo) pelotazo fue la tercera aventura en solitario de Iron man, que a punto estuvo de coincidir en su estreno con una agradable sorpresa, Oblivion, que me permitió (y Jack Reacher lo confirmó) volver a creer en Tom Cruise. Espectacularidad visual futurista, al igual que un espectáculo visual –aunque de estilos completamente opuestos) eran Stoker y la maravillosamente excesiva El gran Gastby.
Poco después nos llegaron dos películas pequeñitas pero muy interesantes, joyitas del cine europeo la primera e independiente la segunda, La caza y The east. Dos ejemplos de que no siempre es necesario un gran presupuesto para conseguir una gran película. Sin embargo, como para demostrar que lo contrario –una gran película también puede hacerse con un gran presupuesto- también es posible, llegó Star Trek: en la oscuridad, segunda incursión de J.J.Abrams  en el mundillo trekkie antes de pasarse “al lado oscuro de la Fuerza”.
No tan buena, pero igualmente interesante, y demostrando algo tan complejo como que las películas de zombies pueden ser también un pasatiempo familiar, descubrimos a Brad Pitt y su Guerra Mundial Z.
Cada dos por tres, cosas de las casualidades (o no) nos encontramos con dos estrenos que compiten con argumentos semejantes. Si el 2012 fue el año de las Blancanieves, el 2013 fue el año de destrozar a la Casa Blanca, aunque la que finalmente se llevó el gato al agua fue Asalto al poder, mucho más trepidante y divertida que Objetivo: la Casa Blanca.
Con la única excepción de la esperada secuela de Los Juegos del hambre, con el final del verano comenzaban a llegar películas muy interesantes, de esas que empiezan a sonar de cara a la temporada de premios que está a punto de empezar. Primero fue la brillante El mayordomo y luego las pantallas de cines se revolucionaron con Gravity, donde se demostró que el 3D no siempre es un gasto tonto de dinero.
La tercera en discordia (a falta de poder ver 12 años de esclavitud) es Blue Jasmine, el retorno de Woody Allen al buen camino y que nos permite empezar a especular sobre la posible ganadora a mejor actriz, ya que Sandra Bullock y Cate Blanchett bordan sus respectivos personajes.  Personalmente, en esta lista incluiría también a Rush, pero el hecho de que se estrenara tan pronto sin duda le va a restar muchas opciones.
Otras dos grandes películas, ya en las acaballas del año, fueron el Médico y Frozen, el reino del hielo, aunque la primera posiblemente pase desapercibida de cara a recibir algún gran premio mientras que lo último de Disney prácticamente tiene asegurado su Oscar a la mejor película de animación.
Y no puedo cerrar esta lista sin nombrar a dos estupendas comedias de terror que sirvieron también para demostrar porqué en este país algunas cosas funcionan tan mal, como es el caso de la luchan contra la piratería. Me estoy refiriendo, por supuesto, a las maltratadas por las productoras La cabaña en el bosque y Bienvenidos al Fin del Mundo, glorioso cierre de la trilogía del cornetto de Edgar Wright.
Lamentablemente tiene que haber de todo en la villa del señor, por lo que algunas películas desastrosas merecen ser también mencionadas para que huyáis de ellas si podéis. Algunas son simplemente malas. Otras desaprovechan con torpeza el posible potencial que tenían. Son, en resumen, los truños del año. Truños como La jungla: un buen día para morir, Los amantes pasajeros, Un amor entre dos mundos, Scary movie 5, After Earth, Noche de marcha, Niños grandes 2, El llanero solitario, Aviones, RIPD, Jobs, Juerga hasta el fin, Sólo dios perdona, La huida, Paranormal movie, Caminando entre dinosaurios, Diana y Viral. Lo bueno es que, en muchos de los casos, no ha sido una sorpresa y su inexistente calidad se veía venir de lejos.
Finalmente, he decidido hacer una tercera lista de películas flojitas que, por sus actores, premisa argumental o ambición, han resultado ser finalmente decepcionantes. Muy floja fue la biografía de Hitchcock, planteamiento interesante pero poco más el de The Purge, y descontrol visual completamente falto de alma el que nos trajo Guillermo del toro con su Pacific Rin. Hemos tenido remakes que no superaban al original, como Posesión Infernal y la nueva Carrie, secuelas innecesarias como R3sacón o kick-Ass 2, algunas adaptaciones sosas y excesivamente recortadas como El juego de Ender y otras demasiado alargadas como El Hobbit: la desolación de Smaug, títulos de los que se esperaba mucho más, como El Consejero
Y luego hemos tenido esa cosa llamada El hombre de acero de la que creo que se ha comentado ya todo lo que se puede comentar.
En fin, este ha sido un ligero repaso por lo que se ha podido ver (o, por lo menos, lo que yo he podido ver) en las salas de cine. Como siempre, no están todas las que son, pero sí son todas las que están. En el olvido han quedado (quien sabe si para recuperar alguna vez en DVD) Amour, La vida de Adele, La gran belleza o Una familia de Tokio.
Este año, mucho cine español (exitosas Mamá, Los últimos días, Tres bodas de más; desconcertantes Las brujas de Zagarramurdi, Grand Piano o La gran familia española; brillantes Ismael, Retornados o Futbolín; espantosas Los amantes pasajeros o Viral) y mucho comic (aparte de las ya citadas Iron man 3, El Hombre de Acero y RIPD hemos tenido por aquí también a Lobezno inmortal, Thor: el reino oscuro y Zipi y Zape y el club de la canica). Ha habido mucha película para adolescente con la idea de convertirse en nuevas y exitosas franquicias que se quedan en eso, en la idea. Y, los de mi generación, hemos visto la confirmación del retorno de dos monstruos del celuloide más musculoso como son Schwarzenegger y Stallone, juntos y por separado.
Y hemos tenido, sobre todo, una Fiesta del Cine más exitosa que nunca que ha provocado diversas iniciativas para abaratar el precio de las entradas y que ayudan a demostrar que, si la gente no llena más las salas, no es por culpa de la piratería.

O al menos, no solo por culpa de ella.











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