Saludos,
niños y niñas. ¿Habéis sido buenos o sois de los que vais de puerta en puerta
diciendo eso de Truco o Trato? Vale, de acuerdo, eso de Halloween suena muy a
americanada (aunque su origen no sea de ahí), pero después de verlo en tantas
pelis algo se pega, ¿no?
Sea
como sea, comienzo ahora una trilogía dedicada a la noche de Halloween en la
que no pueden faltar títulos de terror de la más diversa índole. Y eso que la
cartelera española no es que se lo haya currado mucho, adelantando algún
estreno interesante para la semana pasada y olvidando algún otro (como Sinister 2) para la que viene.
El
caso es que comienzo mi “noche aterradora” (que ya os adelanto que no lo fue
para nada) con la parte más infantil y simpática, una película que lleva ya
unos días en cartel pero no ha podido pasarse por el blog hasta ahora. Se trata
de Hotel Transilvania 2, la secuela
de aquella divertida propuesta de Genndy Tartakovsky con producción de Adam
Sandler.
Repitiendo
el casting de personajes animados, la continuación de la saga (donde Sandler se
ha animado y además de producir, doblar y musicar se atreve a meter mano
también en el guion), la película arranca con un hotel donde conviven ya sin
problemas monstruos y humanos. Parece como si Drácula hubiese aceptado
definitivamente a los mortales, pero cuando su primer nieto comienza a crecer
sin dar síntomas de tener rastro monstruoso alguno empieza a obsesionarse con
ello, orquestando junto a la pandilla habitual mil y una diabluras para
conseguir demostrar que su pequeño vástago es un auténtico vampiro. Las cosas
se saldrán definitivamente de madre cuando entre en escena Vlad, su padre, un
vampiro aterrador de la vieja escuela.
Como
se puede adivinar por el argumento, Hotel
Transilvania 2 se mantiene fiel al esquema de su predecesora constituyendo
un edulcorado tríptico en favor de la aceptación y la unidad familiar. No se le
pueden pedir grandes sorpresas, más cuando la gracia principal del invento (la
propuesta de reunir a todos los monstruos del imaginario popular y ponerlos en
situaciones a cual más desquiciante) ya perdió el factor sorpresa en su primera
película. Es por eso que se lamenta que no se haya sabido sacar más jugo al
personaje nuevo, un Vlad que resulta mucho más aterrador en los comentarios que
hay sobre él, anunciando su inevitable aparición, que cuando por fin se produce.
No
es una mala forma de pasar esta noche escalofriante en familia, con algún que
otro gag especialmente inspirado, pero no deja de ser más de lo mismo, sin
aportar nada realmente refrescante y que al final no pasa de ser meramente
simpática.
No hay comentarios:
Publicar un comentario