Pues
lo prometido es deuda y ahora que ya no hay tiempo para más cine voy a ofrecer
una pequeña valoración personal de lo que ha sido este año desde el punto de
vista cinematográfico.
Como
es natural, no están todas las que son. Me han quedado por ver muchas películas
potencialmente interesantes, como Macbeth,
Una pastelería en Tokio, La novia… que espero poder saldar en los
próximos días. Sin embargo, esto es, de lo que sí he visto, lo que más me ha
gustado:
Desde
el punto de vista estrictamente cinematográfico tres películas han destacado
por encima de las demás: El puente de los
espías, de Spielberg, Marte, de
Ridley Scott y Nightcrawler, de Dan
Gilroy. Estas son las que deberían estar en mi podio de honor, aunque seguidas
muy de cerca por Del revés (inside out)
la última maravilla de Pixar, y la española Truman.
Como
Hollywood pone toda la carne en el asador hacia final de año (para entrar a
tiempo en la carrera de los Oscars pero sin caer en el olvido) pero esas
películas aquí nos suelen llevar en los meses de enero y febrero, quizá ya tengáis
muy lejanas interesantes propuestas como eran Corazones de acero o Desmontando
Enigma (Imitation game).
Sin
embargo, ya he repetido hasta la saciedad que este era un año de blockbusters,
así que entre mis películas favoritas hay irremediablemente propuestas muy
palomiteras. Y es que por una vez, y sin que sirva de excepción, la calidad no
tiene por qué estar reñido con lo comercial. Siguiendo un ligero orden
cronológico, la primera gran película que nos llegó fue Kingsman: Servicio Secreto, de Matthew Vaughn, basada en el comic
de Mark Millar, a la que siguieron Fast&Furious 7 y Tomorrowland. Sí, ya sé que soy de los pocos que la van a poner en
el listado de películas buenas de este año, pero a mí la fantasía de George
Clooney y Britt Robertson sí me convenció, demostrándome que Brad Bird es un
director muy a seguir de cerca.
Antes
de pasar a los platos fuertes del verano tuvimos la oportunidad de recuperar el
aroma clásico del cine de Branagh con su maravillosa versión de La Cenicienta, tan colorista como la
desquiciante y frenética Mad Max, fury
road. El regreso de George Miller a la saga que lo encumbró no me emocionó
tanto como a la mayoría de los aficionados, pero hay que reconocer que lo que
le falta de guion lo suple con creces en su imaginería visual. Y tras ella, dos
auténticos bombazos: Los Vengadores: la
era de Ultron, que aun estando un pelín por debajo de la primera entrega
seguía conservando la frescura del mejor Marvel, y Jurassic World, una especie de secuela/reboot/remake del Parque Jurásico de Spielberg.
Este
ha sido, también, un año de agentes secretos, y después de que Kingsman abriese la veda nos llegaron,
casi seguidos, Operación U.N.C.L.E., Misión Imposible: Protocolo fantasma y Anacleto, agente secreto, con un
impagable Imanol Arias. Para quien no recuerde que en España también tenemos
héroes del comic más que dignos.
Y
el colofón final, la película que todo el mundo estaba esperando y que, pese a
haber dividido a los fans más radicales, a mí me ha entusiasmado, llegó con Star Wars: el despertar de la fuerza,
película que sin duda se mantendrá en lo más alto durante el mes de enero del
2016 y quién sabe si también en el de febrero.
Esto
ha sido, a mi entender, lo más destacable de un año que, además, ha dejado
alguna pequeña sorpresa que merece ser destacada. Películas de corte fantástico
aunque mucho más humildes que las superproducciones antes mencionadas como la
simpática La señal y la intrigante Ex Machina, divertidas apuestas animadas
como La oveja Shaw, films de denuncia
aunque simpáticos como Pride o el
romance gótico propuesto por el amigo Del Toro en La Cumbre Escarlata.
Y
no menos destacables son para mi otras películas que sin duda no entrarán en la
lista de ningún blog de los muchos que somos y que definen un poco a este
panda: Walking of sunshine, porque o
bien me estoy volviendo muy ñoño o este musical me llegó a tocar la fibra, Dando la nota, aún más alto, porque no
conocía la primera película y, sin esperar nada de ella, me sorprendió
gratamente, Eliminado, porque a veces
se puede hacer cine de terror con dos duros si se pone un poquito de
imaginación, Ant Man, porque aquí,
más que nunca, el tamaño no importa, El
Séquito, porque me descubrió una serie de televisión que me ha llegado a
enganchar hasta el punto de haberme devorado ya sus ocho temporadas, y Barcelona, nit d’hivern, porque lo del
punto ñoño que he dicho antes debe ser cierto, pues esta también me logró
emocionar.
Bueno,
pues este ha sido mi resumen positivo del año. ¿Encontráis alguna a faltar? Ya sabéis
que, como siempre, acepto sugerencias. Opinad sin miedo, insensatos, opinad…
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