Apenas
un mes más tarde del estreno de Batman v.Superman: El amanecer de la Justicia, y con el debate entre sus seguidores
y detractores todavía vigente, nos llega la otra cara de la moneda, la apuesta
de Marvel por reflejarnos el conflicto internos entre los héroes abanderados en
sus días más oscuros.

Efectivamente, Capitán América: Civil War (una
película tan impresionante que podría ser el colofón de cualquier saga pero que
sin embargo no es más que la primera piedra de la fase tres que culminará con La guerra del Infinito) es la lógica
consecuencia de los hechos descritos en
Capitán América: El Soldado de Invierno y Los Vengadores: la era de Ultrón.

Durante
toda la saga las diferencias entre Iron Man y el Capitán América han sido
recurrentes, pero será ahora cuando sus posiciones serán más enfrentadas,
obligando al resto de héroes a tomar partido por uno de los dos.

Los
Russo consiguen además dos grandes méritos: por un lado manejar un reparto
impresionantemente extenso sin que se les escape de las manos, con momentos de
brillo para cada uno de los personajes pero sin olvidar que en todo momento es
el Capitán América y solo él quien está en el centro de la historia (junto a su
relación con Iron Man por un lado y con el Soldado de Invierno por otro),
mientras que por otro consiguen presentar nuevos personajes con coherencia y
eficacia.

Todo
ello, con escenas espectacularmente bien filmadas, quizá no tan plásticas como
las de Whedon pero con grandes coreografías, creíbles y sin la sobrecarga de
CGI que amenazan con deformar películas similares.
Todo
en Civil War rezuma grandeza. Hay mil
guiños para los fans que no entorpecen al argumento para los profanos, tiene el
toque justo de humor, la grandeza de Spider-man (y el cachondeo autoreferencial
con tía May), una sorpresa enorme, apuntes para posibles romances futuros, el
recuerdo justo y necesario a los ausentes y, sobre todo, dolor, mucho dolor.
Y
aunque pueda parecer un tópico, en este caso no lo es: a partir de ahora las
cosas ya no volverán a ser iguales.
Posiblemente,
la mejor película de superhéroes hecha hasta la fecha. No es perfecta, como
ninguna película lo es, pero difícilmente puede mejorarse.
Pura
grandeza…
Valoración:
Nueve y medio sobre diez.