Por
algún motivo, todo el mundo ha querido emparejar esta película (incluso la
distribuidora con su ridículamente evocador título) con Bienvenidos al norte, aquella exitosa comedia francesa de 2008
sobre los tópicos que diferenciaban a las gentes del norte y del sur del país
galo que sí tuvo un remake italiano llamado Bienvenidos
al sur en 2010 y a la que también podemos asociar nuestros Ocho apellidos vascos.
Bienvenidos a Grecia, sin embargo, nada tiene que ver con estas películas.
De producción alemana, la historia se asemeja más a La gran seducción, aquella película tan simpática en el que los
habitantes de un pueblecito pesquero de Canadá liderados por Brendan Gleeson
debían engatusar a un médico de ciudad (Taylor Kitsch) para que se quedara unos
días en el pueblo, orquestando mil y una (y que también era un remake de una
película francesa, por cierto). Con similar argumento, en Bienvenidos a Grecia son los habitantes de una pequeña isla griega
quienes deben liar al enviado de un banco alemán para que crea que la isla es
más de lo que parece y mantengan el aval para un proyecto turístico.
Cierto
es que se remarcan los tópicos sobre las diferencias sociales, pero aquí la
cosa va más sobre el engaño y la final (y evidente) seducción por parte del
pintoresco lugar que por el enfrentamiento cultural. De hecho, casi no hay tal
enfrentamiento, pues los griegos quedan retratados como imbéciles irreparables
y el alemán, por más que quieran pintarlo como cuadriculado y rígido, actúa
como pienso que actuaría cualquier ser sensato en su situación.
Siendo
todo muy previsible hasta las últimas consecuencias, no tiene Bienvenidos a Grecia ni la chispa ni el
buen humor de La gran seducción,
igual que el director no logra plasmar la belleza (que sin duda sí tiene) de
una isla que parece más árida y tosca que otra cosa.
Con
unas interpretaciones muy pobres y un humor tan tonto como escaso, Bienvenidos a Grecia es un despropósito de
principio a fin, que solo conseguirá provocar las sonrisas del público más
conformista.
Valoración:
Tres sobre diez.
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