Resulta
difícil valorar esta película y ser justos con ella, ya que todo título merece
ser juzgado por sí mismo y no en relación a sus antecedentes, pero el hecho de
que El secreto de una obsesión sea un
remake de la estupenda El secreto de sus
ojos la condiciona demasiado.
Tratando
de ignorar la existencia de la cinta de Campanella, la versión que Billy Ray ha
dirigido tiene un cierto regusto a Thriller de los noventa de segunda fila que se
me antoja algo desfasado. No porque tenga nada de malo en su factura, sino
porque parece un poco pasado de moda, retrayéndome a films como Análisis final, Jennifer 8, Copycat…
Incluso la elección de sus actrices protagonistas así parece demostrarlo. Estamos
hablando de una película que lleva seis meses en espera de su estreno y que en
los propios USA pasó muy desapercibida pero, ¿se imaginan la repercusión que en
esos noventa habría tenido una película que reuniera en su elenco a Julia Roberts
y Nicole Kidman?
Aunque
Juan José Campanella figura en los créditos como productor ejecutivo, imagino
que habrá influido directamente en la película tanto como Jaume Balagueró lo
hizo en Quarentine, el remake
fotocopiado de REC. Sin embargo, a
Billy Ray se le nota la devoción que sentía por la película argentina y ha
cuidado con precisión algunos detalles de manera que, por más que el argumento
tome en algún momento un camino diferente al de la original, sí recrea alguna
escena de forma milimétrica, provocando una sonrisa al espectador que conserve
fresca en su memoria El secreto de sus
ojos.
Protagonizada
por Chiwetel Ejiofor, que hereda el papel de Ricardo Darín, estamos de nuevo
ante una historia contada en dos épocas: la actual, en la que Ray Casten está
trabajando en el sector privado, y los recuerdos de un brutal asesinato
acometido hace trece años, cuando Casten era investigador del FBI. Acompañado
por su colega Bumpy (Dean Norris) y bajo
la permisividad más o menos intencionada de la nueva fiscal del distrito,
Claire Sloane (Kidman), el cuerpo violado y sin vida que encuentran es el de la
hija de la compañera y amiga de Casten en el FBI, Jessica Cob (Roberts), en la
diferencia más evidente con respecto al film de Campanella.
Un
turbio asunto que derivará en la obsesión a la que hace referencia el título
(elegido para no confundirlo con la película argentina, ya que en inglés sí se
ha llamado Secret in their eyes) y
que funciona relativamente bien mezclando drama y suspense y donde los actores
realizan un buen trabajo, aunque sin llegar ninguno a la maestría.
Más
que ensuciar el recuerdo de la película anterior, como sucede en la mayoría de
remakes estadounidenses, la película ofrece un punto de vista más moderno (ahí
están las referencias a la paranoia post 11S) y americano, aunque se diluye en
el tono poético que rondaba el film de Campanella (el juego de las puertas
abiertas o cerradas, por ejemplo) mientras que la historia amorosa pierde
fuelle al no estar bien cerrada. Casi se podría decir que, en la comparativa, El secreto de una obsesión sale bien
parada en sus formas pero carece del alma que hizo de El secreto de sus ojos una pieza imprescindible en la filmografía
argentina y un éxito internacional que no va a conseguir su homónima americana.
Con
todo, es suficientemente digna como para merecer su visionado, aunque su
limitada distribución tampoco invite demasiado a ello.
Valoración: Seis sobre diez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario