Dirigida
por Nicholas Hytner, uno de esos realizadores “perdidos” cuyo último título
data de hace ya diez años, The lady in the van está inspirada en la historia real del escritor Alan Bennett, que
firma el guion y tiene un cameo al final del film.
La
veterana Maggie Smith da vida a miss Shepherd, una anciana de misterioso pasado
que vive en una furgoneta que periódicamente aparca frente a cualquier casa de
una tranquila zona residencial de Londres. Tras coincidir fortuitamente con
Bennett se crea un vínculo entre ellos que culmina cuando, tras el cambio de
las ordenanzas municipales que impiden a la indigente aparcar en la calle por
no ser residente, el escritor le permite aparcar dentro de su propiedad. Con
claras simetrías entre la relación protectora que tiene con la anciana y el
distanciamiento hacia su propia madre, la película indagará en la simbiosis
entre ambos personajes, jugando a especular con cuál de ellos terminará
dependiendo más del otro. En este sentido, la película aspira a aunar las
ansias de conocimiento del escritor con el pasado incierto de la mujer, tal y como sucedía
entre los personajes de Steve Coogan y Judi Dench en Philomena, de Stephen Frears. Sin embargo, Hytner no es Frears y no
consigue imponer en su película la frescura y empatía de aquella.
A
la postre, The lady in the van es un
conjunto de situaciones más o menos acertadas que se sustentan en el gran
trabajo interpretativo de su actriz protagonista, colosal Maggie Smith,
mientras que la base que sustenta la relación es totalmente superflua. En
ningún momento el espectador puede creerse la historia, precisamente por lo mal
contada que está. Todo sucede porqué sí y en ningún momento se justifica la
redención de Bennett ante el carácter desagradable y gruñón de la mujer, así
como resulta artificial el “buenismo” de todos los que los rodean, desde los
vecinos que, ignorando la mala imagen que la desvencijada (y maloliente)
furgoneta da al barrio, la agasajan continuamente con comida y regalos, hasta
los servicios sociales, que hacen lo impensable por ella sin comprobar siquiera su identidad.
Película
de buenas intenciones que no pasa de simpática y cuya única baza real es el
trabajo de Smith.
Valoración:
Cinco sobre diez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario