American pastoral supone el debut en la dirección de Ewan McGregor, que
se reserva además un apetitoso papel protagonista junto a la maravillosa Jennifer
Connelly y a Dakota Fanning, la verdadera estrella de la función.
American pastoral es, además, una intensa novela de Philip Roth
ganadora de un Pulitzer entre otros prestigiosos premios, una obra laureada y
tremendamente difícil de adaptar, por lo que la simple valentía de McGregor de
estrenarse en la silla de director con semejante propósito ya es por sí solo
digno de elogio.
En
una reunión de antiguos alumnos, un escritor de éxito recibe la noticia del
fallecimiento de Levov, un amigo de la infancia. Levov, apodado como “el Sueco”,
era la encarnación del sueño americano: joven, guapo y triunfador, el Sueco
tenía un gran porvenir por delante. Hijo judío de un empresario bien
aposentado, con una brillante carrera deportiva y enamorado de la chica más
atractiva de la zona. Lo tenía todo para triunfar, y el nacimiento de su hija
convertía a su familia en la perfección con la que cualquiera podría soñar.
Pero en ocasiones, los sueños terminan truncándose…
American pastoral, con el Sueco y su familia como hilos conductores,
hace un recorrido por la América de los años 60, vertiendo sus tintas contra
algunas de las polémicas que acompañaron el mandato de Lyndon B. Johnson, como
las protestas masivas por los derechos civiles de la población negra y la
participación de Estados unidos en la guerra de Vietnam.
La
América en la que se había criado el Sueco se está desmoronando, y su hija Merry
(brillante también Hannah Nordberg en su encarnación de doce años) es quien va
a pagar las consecuencias de ese descenso a los Infiernos ideológico y
espiritual.
American
pastoral es una película dura, que sacude las entrañas y hurga en las heridas
de los valores familiares, haciendo que el matrimonio protagonista pierda el
control de sus vidas sin que puedan hacer nada por retomar el rumbo.
Tiene
McGregor algunas cosas a mejorar, como la excesivamente elíptica conclusión,
que deja con ganas de saber más sobre los últimos días del Sueco y su esposa
Dawn, o la sensación de que el actor da por supuestos muchos datos de la
historia americana que pueden pasar desapercibidos para el espectador medio
ajeno a ese país. Además, a medida que avanza el metraje, la crónica social
comienza a perder peso para centrar los focos en el drama familiar, pero está
este tan bien narrado que casi no importa demasiado.
American pastoral es una de esas películas que se disfruta (es un
decir) durante su visionado, pero que una vez fuera de las salas de cine continúa
removiendo las conciencias y los sentimientos, alargando la agonía y compartiendo
el pesar del Sueco.
Convincente
McGregor como actor y sobresalientes el elenco femenino, American pastoral es un prometedor debut que, si bien deja de lado
algunas subtramas importantes de la novela, sabe resumir el espíritu y la esencia
de la misma para ofrecer un relato que debía hablar de triunfadores y se debe
conformar con el amargo regusto de la derrota y el dolor.
Valoración:
Siete sobre diez.
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