Volvemos
a encontrarnos ante una de esas extrañas decisiones por parte de las
distribuidoras de otorgar un estreno muy limitado a una película que contenía
todos los argumentos para haber funcionado excepcionalmente bien en taquilla. Y
es que Your name (que me expliquen el motivo de no traducir el título, por
favor) viene precedida por el mérito de haberse convertido en la película de
animación más taquillera de la historia de Japón, lo cual no es moco de pavo,
habiendo seducido también, además, a la crítica.
Además,
a diferencias de otras obras más conceptuales como Ghosh in the Shell o Akira,
o de corte más intimista, como las producciones del estudio Ghibli, Your name cuenta con la ventaja de ser
una historia muy universal, siendo su punto de partida (dos cuerpos que intercambian
sus mentes) un recurso repetido hasta la saciedad en comedias ochenteras
americanas.
La
película de Makoto Shinkai arranca con un tono de comedia adolescente bastante
convencional que, sin embargo, funciona a la perfección gracias al mimo con que
se trata a los dos personajes protagonistas. Con la llegada de un meteorito que
será visible desde la Tierra como lujoso telón de fondo, la acción avanza a
golpes de sitcom para hacer que nos encariñemos con sus personajes, regados de
subtramas aparentemente ligeras como los equívocos en el instituto, el agobio
del trabajo o los problemas de amoríos, para ponerlo todo patas arriba en su
primer gran giro de guion y demostrarnos que hay tras la historia un tinte
dramático que no es el que podríamos esperarnos.
Es,
en su desarrollo, una historia de amor imposible, de dos almas tan cercanas la
una a la otra como atrapadas en dos mundos opuestos, condenados a conocer sus
secretos más íntimos pero sin poderse llegar a tocar nunca. Es el
enfrentamiento entre dos mundos idénticos pero opuestos, algo que me recordó
vagamente a la idea de la patochada aquella de Un amor entre dos mundos pero en bueno.
En
el apartado de personajes, muy bien desarrollados, cuenta la película con el
trazo clásico del anime japonés, aunque el cuidado que se ha puesto en los
escenarios, con un color que impregna la pantalla de alegría y belleza, otorgan
al film un trazo preciosista que ayuda a transmitir esa alegría y amor (platónico)
que parecen desprender los protagonistas, haciendo que el giro nos sacuda con
más fuerza. Eso provoca que Your name
sea una película divertida y bonita, pero también emotiva y, por momentos, muy
emocionante y descorazonadora. Cuando todo cambia y se empieza a jugar con las
convicciones de un género totalmente diferente (y que no voy a mencionar por no
rozar los spoilers) el espectador se ve atrapado en una vorágine de
sentimientos que lo va a apresar hasta el desenlace final, quizá lo único
discutible (lo que no significa necesariamente que sea algo negativo) de la
obra.
Your name, pese a sus datos en taquilla, no es la gran obra
maestra del Anime japonés ni pasará a la historia como algunos de los títulos
mencionados, pero eso no impide reconocer que estamos ante una gran película, inteligente
y apasionante, un espectáculo visual y emocional capaz de cautivar a
espectadores de cualquier edad.
Valoración:
Ocho sobre diez.
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