domingo, 11 de junio de 2017

LA PROMESA, pretenciosa pero fallida.

Dirigida por Terry George, que ya demostró en Hotel Rwanda que se movía bien en dramas históricos, La Promesa es la historia de un triángulo amoroso con el exterminio de armenios acontecido por el gobierno turco durante la Primera Guerra Mundial.
Para confeccionar la historia, George, que también firma el guion junto a Robin Swicord, centra todo su interés en esa historia de amor descafeinada y sin alma, quizá debido a que los personajes no están definidos de manera que susciten suficiente interés y poco puedan hacer el trío protagonista (Oscar Isaac, Christian Bale y Charlotte Le Bon) por defenderlos. La película, coproducción entre Estados Unidos y España (lo que justifica la efímera presencia de actores patrios como Alain Hernández, Luis Callejo, Alicia Borrachero, Abel Folk o Daniel Giménez Cacho), nace con aspiraciones de grandeza, como si de una nueva Lo que el viento se llevó se tratase (recuerden que aspiraciones similares tenía Australia de Baz Luhrmann y así le fue), pero fracasa en lo desmedida de su ambición, que no llega a banalizar el exterminio, pero poco le falta.
Tiene la película dos líneas diferentes a seguir. Sobre la romántica ya he dejado claro que no funciona para nada y que ninguno de sus integrantes sale bien parado de un análisis un poco pormenorizado. En el caso de la histórica, sirve la película al menos para recordar y adoctrinar sobre un exterminio que podría haber sido la fuente de inspiración del holocausto nazi y que a día de hoy continua sin ser admitido por el gobierno turco, aunque cierto es también que la película peca de partidista y (habiendo un rico empresario armenio como productor) criminaliza a los turcos convirtiéndolos en los malos absolutos pero sin explicar en ningún momento sus motivaciones o el motivo del odio hacia el pueblo armenio (eso sí, hay un turco bueno para compensar un poco). Tiene, pues, un valor didáctico interesante aunque algo descafeinado (George parece creer que planos de cadáveres son suficientes para sensibilizar al espectador) en un film demasiado largo que, sin embargo, necesitaría más tiempo para relatar el asedio final, provocando que el climax sea insatisfactorio. O quizá es que el verdadero climax no sea saber quién sobrevive a las matanzas, sino saber por quiénse decide al final la muchacha entre sus dos pretendientes.
Con Jean Reno y Angela Sarafyan (de moda gracias a su papel de prostituta en WestWorld) terminando de dar lustro al film, La promesa es una película que ha provocado odios y desprecios entre algunos y alabanzas desmesuradas por otro lado. Personalmente, no creo que sea para tanto, ni en un extremo ni en el otro, y la resumo como un folletín interesante durante su visionado cuya historia merece ser olvidada tras su consumo pero cuya realidad histórica invita, cuanto menos, a reflexionar sobre cómo la humanidad tiende a repetir una vez y otra los mismos errores en lugar de aprender del pasado (la escena de los armenios caminando por el desierto es una referencia nada casual a los refugiados de Siria actuales).
Y es que, por mucho que pueda sorprender, la fórmula “amar en tiempos de guerra” no siempre funciona y quizá la realidad merecía haber sido contada por sí sola, sin salsa rosa estorbando por en medio.

Valoración: Cinco sobre diez.

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