domingo, 11 de junio de 2017

NORMAN, entretenida pero insuficiente.

Norman, el personaje que da título a la película, es un asesor de poca monta que parece haber dado la campanada cuando establece una relativa amistad con un político israelí que al cabo de los años termina siendo primer ministro de la nación.
Brillantemente interpretado por Richard Gere (su trabajo es lo mejor del film), Norman es el típico perdedor ignorante de sus propias limitaciones, un vendehúmos con buenas intenciones pero escaso talento para los negocios e incapaz de saber cuándo debe detenerse.
La película dirigida por Joseph Cedar es un extraño pastiche que nunca sabe si quiere apostar por el drama o la comedia y cuyo subtítulo en español es quizá su peor enemigo. Eso de “el hombre que lo conseguía todo” me remite a films como Conserje a su medida o similares. Pero nada más lejos de la realidad y del todo desenfadado de esos títulos a los que me refiero. Claro que con el subtítulo americano: the moderate rise and tragic fallen or a New York fixer (la moderada subida y trágica caída de un procurador de Nueva York) uno ya casi puede ahorrarse ir a verla. Norman, el hombre que lo conseguía todo, es una película amarga y triste sobre un tipo que deambula sin rumbo y al que nadie (ni el propio espectador) llega a conocer nunca, impidiendo así cualquier tipo de conexión emocional.
Bajo esa capa de falsa integridad del tres al cuarto (nunca termina de quedar claro sin la supuesta amistad entre Norman y el político es real o aparentada) se encuentra un análisis de la sociedad judía y un retrato con algo de acidez del aislamiento político, aunque por una vez nos quieran pintar al político de turno como un tipo bonachón y achuchable (en un papel que habría ido que ni pintado a Steve Carrell). Quizá uno de los lastres de la película sea que está coproducida con dinero israelí, lo que puede haber limitado la ironía y el sentido del humor que Norman necesitaría para haber sido un producto más interesante. Pese a los buenos artistas que hay en su casting (Steve Buscemi, Michael Sheen, Charlotte Gainsbourg y Dan Stevens como cabezas más reconocibles), ninguno de ellos aporta lo suficiente como para dar lustro a una trama por momentos aburrida y que no termina de levantar nunca el vuelo. Al final, Cedar parece tener en Gere a su única baza para seducir a los espectadores, y aunque su trabajo es impecable nada puede hacer el actor con un personaje demasiado aislado del mundo como para conseguir ser el alma que la película necesita.
No voy a decir que Norman, el hombre que lo conseguía todo, sea una mala película pero si me pareció, cuanto menos, un film insuficiente y con muchas carencias.

Valoración: Cinco sobre diez.

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