martes, 20 de junio de 2017

BAYWATCH, LOS VIGILANTES DE LA PLAYA, chistes malos y tetas a cámara lenta.

Incluso en estos tiempos de escases de ideas para películas de Hollywood y donde solo parecen triunfar los remakes, secuelas, precuelas, reboots, spin-off y adaptaciones (la última película palomitera completamente original que recuerdo ahora mismo fue Tomorrowland, un estrepitoso fracaso), la idea de adaptar al cine una serie de televisión que ya en su época era bastante casposilla es, cuanto menos, bizarra.
Puestos a hacerlo, sin embargo, la única opción lógica era tirar por el camino del humor y la auto parodia, burlándose con irreverencia de esos iconos del postueo de musculitos y tetamen que simbolizaron David Hasselhoff, Pamela Anderson, Carmen Electra y compañía.
Así lo han hecho, de manera que confieso que yo mismo, tras un primer tráiler bastante cachondo, esperaba con ganas esta propuesta que refrescara un poco esta semana tan sofocante con un par de horas de risas y tontadas varias. Pero, una vez más, en Hollywood se han olvidado de que para eso hace falta un guion. Y por guion no me refiero a tres páginas de chistes más o menos graciosos que apelotonados en el tráiler funcionan pero que a lo largo de los 116 minutos de metraje saben a poco.
Con Seth Gordon (con un currículo plagado de episodios de sitcoms de éxito y un par de comedias bastante correctas al servicio de Jason Bateman que auguraba algo bueno), Baywatch, los vigilantes de la playa, solo basan su interés en dos argumentos. Por un lado, el carisma de Dwayne Johnson y la capacidad de autoparodiarse que tanto él como Zac Efron tienen y en el físico espectacular de las damas de turno, léase Alexandra Daddario, Priyanka Chopra, Kelly Rohrbach y Ilfenesh Hadera. Lo malo es que, respecto a lo primero, ambos actores ya han mostrado este cariz desenfadado y burlesco en otras ocasiones (Un espía y medio o Malditos vecinos y su secuela, por poner dos simples ejemplos), con lo que la cosa no sorprende y no tiene toda la gracia que podría, mientras que respecto a lo segundo, estando ya cerca de finiquitar la segunda década del siglo XXI, ¿de verdad pensaban que el argumento simple y sexista de ver dos pechos (por magníficos que puedan llegar a ser) botando alegremente por la playa a cámara lenta era reclamo suficiente para llevar al espectador a las salas de cine?
No voy a decir con esto que la película sea un completo desastre. Es una comedia de acción bastante maja y con algunos gags que funcionan, pero la alarmante falta de ideas se soluciona siempre con el chiste soez y cafre, desperdiciando un montón de buenas situaciones, repitiendo las bromas más acertadas una y otra vez hasta que terminan por cansar y sin saber dosificar la acción desproporcionada de su final, donde la comedia se queda a un lado para tratar de emular a un Bond de marca blanca, con esa femme fatale de villana que nunca llega a parecer suficiente amenaza para la trama.
Al final, solo cabe conformarse con pequeñas chispas de ingenio, con la presencia siempre estimulante de Dwayne Johnson, con las pullas entre la Daddario y Efron, con la insospechada química entre el personaje de Rohrbach y el del fondón Jon Bass y con los inevitables cameos de los dos iconos de la serie ochentera. Hasselhoff y Anderson apenas aparecen unos segundos en pantalla, aunque sus apariciones son de lo mejor de la película. Lástima que estas supuestas sorpresas se anuncien (otra torpeza más que añadir al saco) en los títulos de crédito iniciales.
Este parece ser el año de las estrellas caídas y en el que los valores seguros de Hollywood no lo son tanto. Scarlett Johansson se la pegó hace unos meses con Ghost in the Shell y ahora es el turno de Johnson con estos Baywatch.  Pero no sufráis por ellos. En sus futuros, sus agendas están repletas de secuelas que les van a permitir seguir liderando las listas de los mejores pagados o los más rentables, que por algo ambos pertenecen, respectivamente, a los Universos de Marvel y DC.
En fin, pasatiempo ligero, muy irregular, con caras (y cuerpos) bonitos, algo de escatología y menos imaginación de la demostrada en los carteles promocionales, con una colección de posters bastante gamberra que recordaba a la campaña promocional de Deadpool y que ha terminado quedando en agua de borrajas.

Valoración: cuatro sobre diez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario