Aunque
esté a años luz de Pixar y Disney, Illumination se está consolidando como una
buena alternativa que en este 2016 se ha propuesto demostrar que hay vida más
allá de Gru y sus inseparables Minions.
Tras
el buen sabor de boca que dejó Mascotas,
¡Canta! es su propuesta para copar el
mercado navideño más infantil y a buen seguro que lo pueden lograr. Y eso sin
desesperar al público adulto gracias, sobre todo, al buen tino que ha tenido la
distribuidora española en dejar las versiones originales de las canciones, de
manera que podamos escuchar las voces de Seth MacFarlane, Reese Witherspoon,
Scarlett Johansson, Taron Egerton o Tori Kelly, en lugar de unas copias de
baratillo como acostumbra a pasar en las películas de Disney.
¡Canta!, como su propio nombre indica, es un musical en toda
regla, con una recopilación de grandes éxitos tan variada que alguno u otro
debe por fuerza tocar la fibra del espectador. Una selección que podría incluso
rozar el exceso, aunque lo cierto es que el director Garth Jennings ha sabido
medir muy bien los tempos para que no se alcance la saturación.
Desde
el punto de vista argumental la cosa es muy sencilla: un koala apasionado por
el mundo del espectáculo tiene un teatro al borde de la ruina y se le ocurre
convocar un concurso musical como último recurso para salvarlo. El problema
será cuando una confusión provoque que el premio de mil dólares se eleve hasta
los cien mil.
Como
se puede imaginar todo el mundo, estamos ante una película que se aprovecha del
boom de los realitys musicales y que propone a una serie de protagonistas
bastante coral de los que conoceremos pinceladas de sus vidas, personalidades y
problemas como si de un Gran hermano animal se tratase. No estamos, por lo
tanto, ante una comedia totalmente desternillante, pero sí muy simpática, que
invita al optimismo y al buen rollo y que tiene su secreto en el desarrollo de
personajes y no en la simple sucesión de accidentes que suelen definir las
películas de Illumination.
¡Canta! no va a ser una de las películas del año, pero sí
está a un digno nivel y consigue entretener siempre y cuando uno sea consciente
de las expectativas que debe tener y asuma que juega en una liga diferente a Vaiana y compañía.
Valoración:
siete sobre diez.
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